El Monte Santa Trega es uno de los puntos más emblemáticos de toda la costa gallega, no sólo debido a su incomparable situación geográfica sino también por su gran riqueza histórica y cultural.
Un promontorio que se localiza exactamente en la esquina suroeste de la comunidad gallega, justo en donde las aguas dulces del gran río gallego, O Miño, se mezclan con las saladas y bravas aguas del inmenso Océano Atlántico. Un lugar estratégico desde donde se divisaba y vigilaba la frontera del vecino país luso, que viene históricamente marcada por el río Miño. Se trata de una aislada elevación (343,9 m), que se sitúa al borde mismo de la confluencia de O Miño con el océano.
Dos picos ocupan la cima de la montaña, el Monte do Facho (328 m) y de San Francisco. El topónimo "facho" define a una antorcha, por lo que es probable que el lugar fuera elegido para hacer señales de advertencia en siglos anteriores. Este topónimo se encuentra muy extendido por toda la costa de Galicia definiendo a diversas cumbres, como por ejemplo, O Facho de Donón, en Cangas.
Pero no sólo este monte contiene belleza y armonía paisajística. Hace más de tres mil años, los habitantes neóliticos eligieron este lugar. Desde aquella, hasta 300 años después de Cristo, estas cumbres estuvieron habitadas. Prueba de ello es la cantidad de petroglifos de la Edad de Bronce repartidos por el monte y sobre todo la existencia de uno de los poblados castrexos más conocidos y más emblemáticos de toda Galicia, el llamado, en castellano, Castro de Santa Tecla. Cerca de la cumbre se sitúa un museo que permanece abierto desde mediados del siglo pasado que muestra los descubrimientos y riquezas históricas encontradas en el lugar.
También su cima fue lugar de devoción desde tiempos inmemoriables, devoción que persiste hoy en día. Sobre sus rocas, los devotos construyeron entre los siglos XII y XVI la Ermita de Santa Trega en honor a su patrona. Probablemente el templo esté construído sobre otro anterior, a buen seguro de origen pagano. Ademas, existen dos Vía Crucis, uno del siglo XVII, más discreto pero con profunda devoción popular y otro conocido como el Monumental, muy ornamentado y con inspiraciones célticas y clásicas, construido entre la década de los años 20 y 40 del pasado siglo XX.
Un lugar como este, con A Guarda a sus pies, no está exenta de grandes romerías y celebraciones. Nadie mejor que una guardesa para detallarnos las fiestas que aquí se festejan. Estela Fernández Lomba, historiadora de Arte y antropóloga natural de A Guarda, nos las describe:
"La segunda semana de agosto se celebra la Fiesta del Monte. En esta casi centenaria fiesta personas de múltiples procedencias suben al Monte donde se come, se bebe y sobre todo se "troula" (se baila), siguiendo el ritmo de los bombos, las cajas y las gaitas de las bandas marineras, grandes protagonistas de la semana de fiestas y del Domingo del Monte, que es el día grande. El gran acontecimiento del día es la Jura, que cada banda celebra a su propio ritmo, todos los miembros de la banda juran que al año siguiente volverán a acudir, - hay que tener en cuenta el contexto social, tradicionalmente los miembros eran todos marineros, esta Jura es tanto una declaración de fidelidad a la banda, como una petición de protección para no perder la vida en el mar y poder cumplir el juramento de regresar . El último sábado de Agosto se celebra la solemne procesión del Voto que asciende el monte y que recuerda la gran sequía que asoló la zona en el año 1355 y como los lugareños pidieron a la patrona, Santa Trega para que aquella sequía finalizara. Para ello los devotos, ayunaron durante tres días y tres noches y prometieron a la Virgen repetirlo un día cada año. El 23 de septiembre, la Romería de Santa Trega, en la que las familias guardesas celebran una romería típica gallega, con la misa, el via crucis, las pujas de productos de la zona, la comida y la fiesta, notablemente más tranquila y familiar que la Fiesta del Monte."
En lo alto del pico de San Francisco se encuentra un antena y un restaurante, así como diversos pequeños locales dedicados a la venta de recuerdos del lugar y de Galicia.
Todo el conjunto del monte fue declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1931. Posteriormente también se incluyó en la lista de Bienes de Interés Cultural.
Depende de la época del año, hay que abonar un pequeña cantidad para poder acceder a la instalaciones de este conjunto.
Sobre la denominación del topónimo gallego que define al lugar podemos decir que lo correcto sería usar "Santa Trega", aunque suele ser muy utilizado el de "Santa Tegra", el cual también es admitido.
Fuente: www.galiciamaxica.eu
Un promontorio que se localiza exactamente en la esquina suroeste de la comunidad gallega, justo en donde las aguas dulces del gran río gallego, O Miño, se mezclan con las saladas y bravas aguas del inmenso Océano Atlántico. Un lugar estratégico desde donde se divisaba y vigilaba la frontera del vecino país luso, que viene históricamente marcada por el río Miño. Se trata de una aislada elevación (343,9 m), que se sitúa al borde mismo de la confluencia de O Miño con el océano.
Dos picos ocupan la cima de la montaña, el Monte do Facho (328 m) y de San Francisco. El topónimo "facho" define a una antorcha, por lo que es probable que el lugar fuera elegido para hacer señales de advertencia en siglos anteriores. Este topónimo se encuentra muy extendido por toda la costa de Galicia definiendo a diversas cumbres, como por ejemplo, O Facho de Donón, en Cangas.
Pero no sólo este monte contiene belleza y armonía paisajística. Hace más de tres mil años, los habitantes neóliticos eligieron este lugar. Desde aquella, hasta 300 años después de Cristo, estas cumbres estuvieron habitadas. Prueba de ello es la cantidad de petroglifos de la Edad de Bronce repartidos por el monte y sobre todo la existencia de uno de los poblados castrexos más conocidos y más emblemáticos de toda Galicia, el llamado, en castellano, Castro de Santa Tecla. Cerca de la cumbre se sitúa un museo que permanece abierto desde mediados del siglo pasado que muestra los descubrimientos y riquezas históricas encontradas en el lugar.
También su cima fue lugar de devoción desde tiempos inmemoriables, devoción que persiste hoy en día. Sobre sus rocas, los devotos construyeron entre los siglos XII y XVI la Ermita de Santa Trega en honor a su patrona. Probablemente el templo esté construído sobre otro anterior, a buen seguro de origen pagano. Ademas, existen dos Vía Crucis, uno del siglo XVII, más discreto pero con profunda devoción popular y otro conocido como el Monumental, muy ornamentado y con inspiraciones célticas y clásicas, construido entre la década de los años 20 y 40 del pasado siglo XX.
Un lugar como este, con A Guarda a sus pies, no está exenta de grandes romerías y celebraciones. Nadie mejor que una guardesa para detallarnos las fiestas que aquí se festejan. Estela Fernández Lomba, historiadora de Arte y antropóloga natural de A Guarda, nos las describe:
"La segunda semana de agosto se celebra la Fiesta del Monte. En esta casi centenaria fiesta personas de múltiples procedencias suben al Monte donde se come, se bebe y sobre todo se "troula" (se baila), siguiendo el ritmo de los bombos, las cajas y las gaitas de las bandas marineras, grandes protagonistas de la semana de fiestas y del Domingo del Monte, que es el día grande. El gran acontecimiento del día es la Jura, que cada banda celebra a su propio ritmo, todos los miembros de la banda juran que al año siguiente volverán a acudir, - hay que tener en cuenta el contexto social, tradicionalmente los miembros eran todos marineros, esta Jura es tanto una declaración de fidelidad a la banda, como una petición de protección para no perder la vida en el mar y poder cumplir el juramento de regresar . El último sábado de Agosto se celebra la solemne procesión del Voto que asciende el monte y que recuerda la gran sequía que asoló la zona en el año 1355 y como los lugareños pidieron a la patrona, Santa Trega para que aquella sequía finalizara. Para ello los devotos, ayunaron durante tres días y tres noches y prometieron a la Virgen repetirlo un día cada año. El 23 de septiembre, la Romería de Santa Trega, en la que las familias guardesas celebran una romería típica gallega, con la misa, el via crucis, las pujas de productos de la zona, la comida y la fiesta, notablemente más tranquila y familiar que la Fiesta del Monte."
En lo alto del pico de San Francisco se encuentra un antena y un restaurante, así como diversos pequeños locales dedicados a la venta de recuerdos del lugar y de Galicia.
Todo el conjunto del monte fue declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1931. Posteriormente también se incluyó en la lista de Bienes de Interés Cultural.
Depende de la época del año, hay que abonar un pequeña cantidad para poder acceder a la instalaciones de este conjunto.
Sobre la denominación del topónimo gallego que define al lugar podemos decir que lo correcto sería usar "Santa Trega", aunque suele ser muy utilizado el de "Santa Tegra", el cual también es admitido.
Fuente: www.galiciamaxica.eu