REDONDELA
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CONTACTO
Oficina de Turismo Dirección: Alameda de Redondela s/n 36800 Redondela, Pontevedra Tel. 986 40 17 13 Correo: [email protected] |
GUÍA TURÍSTICA
QUÉ VISITAR
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ISLA DE SAN SIMÓN
Cesantes, Redondela - Pontevedra Durante los primeros meses de la guerra civil los edificios existentes en la Isla de San Simón fueron utilizados como penitenciaría, al igual que el antiguo lazareto de la isla de San Antonio. Después de años de abandono, durante los años sesenta comenzaron a surgir propuestas para su rehabilitación. Tras décadas sin tomarse una decisión firme, por fin, en el año 1999 las islas fueron declaradas Bien de Interés Cultural, y comenzó a gestarse un proyecto de rehabilitación integral de este peculiar espacio, encargándose de ello el arquitecto César Portela.
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VIADUCTO MADRID
Redondela, Pontevedra Ubicado en pleno centro de Redondela, el Viaducto Madrid quedó abandonado al quedar fuera de servicio el tramo de línea que lo atravesaba. Su construcción hay que relacionarla con la línea Ourense-Vigo, enlazando en este punto con la línea procedente de Madrid. El Viaducto salva el hondo valle de Redondela mediante dos tramos de acceso construidos con bóvedas de sillería granítica y un tramo principal formado por vigas metálicas. Las bóvedas de acceso tienen 10m de luz y los tramos metálicos 51, resultando por tanto una longitud de puente de 256m.
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SITUACIÓN
Redondela pertenece a la mancomunidad de Vigo, este ayuntamiento pontevedrés se localiza en el suroeste de provincia, en la parte más interior de la ría de Vigo. Su territorio acoge cerca de 30.000 habitantes en una extensión de 51,9km cuadrados. Limita al oeste con la Ría de Vigo; por el sur con el municipio de Vigo; al este con los de Mos y Pazos de Borbén y por el norte con los municipios de Soutomaior y de nuevo Pazos de Borbén.
Redondela está compuesta por 14 parroquias: Cabeiro, Cedeira, Cesantes, Chapea, Negros, Quinteto, Reboreda, Redondeia, Saxamonde, Trasmañó, Ventosela, Vilar de Infesta, Vilavella y O Viso.
Redondela pertenece a la mancomunidad de Vigo, este ayuntamiento pontevedrés se localiza en el suroeste de provincia, en la parte más interior de la ría de Vigo. Su territorio acoge cerca de 30.000 habitantes en una extensión de 51,9km cuadrados. Limita al oeste con la Ría de Vigo; por el sur con el municipio de Vigo; al este con los de Mos y Pazos de Borbén y por el norte con los municipios de Soutomaior y de nuevo Pazos de Borbén.
Redondela está compuesta por 14 parroquias: Cabeiro, Cedeira, Cesantes, Chapea, Negros, Quinteto, Reboreda, Redondeia, Saxamonde, Trasmañó, Ventosela, Vilar de Infesta, Vilavella y O Viso.
CÓMO LLEGAR
Para llegar a Redondela desde Vigo debemos seguir la AP-9 y tomar la salida 148 hacia Redondela para incorporarnos a la N-552.
Desde Santiago de Compostela seguiremos la Ap-9 dirección Padrón y tras 60km aproximadamente deberemos tomar la salida hacia la N-550 que nos llevará a Redondela. Redondela cuenta con estación de Renfe. El aeropuerto de Peinador está situado en Vigo (a 10 km) y el de Lavacolla, Situado en Santiago de Compostela, se localiza a 85 km. |
HISTORIA
Por su situación privilegiada y por su extensión, la comarca de Redondela es un territorio habitado desde tiempos inmemoriales, donde los diversos pobladores dejaron su sello impreso a lo largo de la historia. Destaca la Edad de Bronce como uno de los períodos más prolíficos, con numerosos ejemplos de yacimientos localizados en diferentes puntos de la comarca.
Los restos en Monte Penide o Monte Mirallo y Pazos de Borbén son los testimonios más salientables, ya que en el primer caso estamos hablando de un inmenso complejo funerario con numerosos túmulos y dólmenes, además de abundantes petróglifos y gravados rupestres del Calcolítico o Edad de Cobre (2500 -1800 a.C.) y de la Edad de Bronce (1800-700 a.C.). En el segundo caso, nos encontramos también con este tipo de asentamientos, concretamente, el de Monte Buxel, los de Pedra das Teixiñas o el de Outeiro do Mar.
No podemos olvidarnos de los vestigios de la cultura castrexa, con manifestaciones como las de Castro da Peneda o la de Castro de Negros, también conocido como “Coto de Negros”, “ Monte do Castro”, “Castro Grande” o “Coto do Castro”, que aún hoy conserva su localización geográfica apenas alterada, así como su configuración primitiva y sistemas defensivos visibles. La conservación, casi intacta, de la estructura original nos ayuda a comprender mejor como era un poblado castrexo de la época.
Romanización
Será en este período cuando la zona adquiera una especial relevancia, ya que las vías romanas XIX y XX que unían Bracara Augusta y Asturica Augusta, una por la costa y otra por Lucus Augusti, atravesaban la comarca de Redondela e hicieron que este territorio alcanzase un gran desarrollo.
Los testigos más representativos de esta época son los miliarios, marcos que señalaban las distancias en las calzadas romanas (las millas romanas); el único que se conserva en su emplazamiento original es el de “O Marco” ou “Anta de Maniola” en Vilar de Infesta.
Por otra banda, esta etapa se asocia con las conocidas villae, que en diversas zonas de Redondela se construyeron para comerciar con la sal y otros productos agrícolas.
A Edad media. El Arzobispo Xelmírez
La Edad Media se caracteriza por el desarrollo de la villa y por el esplendor de la casa de Soutomaior, que alcanzaría su máximo apogeo con Pedro Madruga, que jugó un papel fundamental durante los conflictos acaecidos entre la Iglesia y el señorío feudal.
La villa de Redondela en sus inicios estaba divida en dos partes: Vilavella y Vilanova. Ambas permanecían unidas a través de un puente y poseían un puerto que era el motor económico de la localidad.
Otro factor del desarrollo fue el Camino de Santiago, fuente de atracción de numerosos visitantes, que era la primera parada de la etapa. El arzobispo Xelmírez pasó por Redondela haciendo el Camino Portugués, del que fue uno de los mayores impulsores, de vuelta de un viaje por el país vecino para traer consigo las reliquias de San Frutuoso, San Silvestre, San Cucufate y Santa Susana. En 1114 hizo su residencia temporalmente en esta villa, año en que se consagró la Iglesia de Santiago Apostol.
Edad moderna
Se caracteriza por la pérdida de habitantes en las zonas urbanas a causa de diversas pestes atlánticas. A pesar de ser una época de poca agitación destacan algunos sucesos de gran importancia histórica:
La Batalla de Rande, en 1702, es uno de los episodios más destacados del período; las tropas hispano-francesas sucumbieron a las fuerzas anglo-holandesas en una batalla naval de considerables dimensiones, al que hay que sumarle el posterior saqueo de la zona. El combate se produjo en el estrecho de Rande donde se encuentran los yacimientos de los galeones hundidos.
La Illa de San Simón merece especial mención. Habitada desde la Edad Media por la orden del Templo, será testimonio de muchos de los sucesos acaecidos en la región a partir del siglo XVI. Llegados a finales de la Edad Moderna, la illa se acondicionó como Lazareto, el único en toda la fachada atlántica española; su función fue la de prever y aislar de enfermedades infecciosas coma el cólera. De este modo se convirtió en un centro de investigación médica y tecnológica.
Por último, en el siglo XX, después de la Guerra Civil, jugó un papel destacado en la historia del sur de Galicia, ya que se empleó como presidio para los reclusos del bando republicano.
Edad Contemporánea
Esta etapa comienza con un importante suceso histórico, la Batalla de Pontesampaio, en el puente de su mismo nombre. En 1809 las tropas francesas, al mando del mariscal Michel Ney, cayeron derrotadas a manos de los vecinos de la localidad, que contaban con la ayuda del mítico “canón de pau” (cañón artillero de madera).
A lo longo del siglo XX Redondela sufrió una transformación increíble: pasó de ser una villa marinera a una villa industrial, de la mano del sector textil, durante los años sesenta. Por ello, se define por la imagen de sus viaductos de ferrocarriles que le confieren una personalidad propia: el “Viaduto de Madrid”, de 1876, y el “Viaduto de Pontevedra”, de 1884. Declarados monumentos Histórico-Artísticos, permiten a la pequeña urbe ser conocida como “la villa de los viaductos”.
Los restos en Monte Penide o Monte Mirallo y Pazos de Borbén son los testimonios más salientables, ya que en el primer caso estamos hablando de un inmenso complejo funerario con numerosos túmulos y dólmenes, además de abundantes petróglifos y gravados rupestres del Calcolítico o Edad de Cobre (2500 -1800 a.C.) y de la Edad de Bronce (1800-700 a.C.). En el segundo caso, nos encontramos también con este tipo de asentamientos, concretamente, el de Monte Buxel, los de Pedra das Teixiñas o el de Outeiro do Mar.
No podemos olvidarnos de los vestigios de la cultura castrexa, con manifestaciones como las de Castro da Peneda o la de Castro de Negros, también conocido como “Coto de Negros”, “ Monte do Castro”, “Castro Grande” o “Coto do Castro”, que aún hoy conserva su localización geográfica apenas alterada, así como su configuración primitiva y sistemas defensivos visibles. La conservación, casi intacta, de la estructura original nos ayuda a comprender mejor como era un poblado castrexo de la época.
Romanización
Será en este período cuando la zona adquiera una especial relevancia, ya que las vías romanas XIX y XX que unían Bracara Augusta y Asturica Augusta, una por la costa y otra por Lucus Augusti, atravesaban la comarca de Redondela e hicieron que este territorio alcanzase un gran desarrollo.
Los testigos más representativos de esta época son los miliarios, marcos que señalaban las distancias en las calzadas romanas (las millas romanas); el único que se conserva en su emplazamiento original es el de “O Marco” ou “Anta de Maniola” en Vilar de Infesta.
Por otra banda, esta etapa se asocia con las conocidas villae, que en diversas zonas de Redondela se construyeron para comerciar con la sal y otros productos agrícolas.
A Edad media. El Arzobispo Xelmírez
La Edad Media se caracteriza por el desarrollo de la villa y por el esplendor de la casa de Soutomaior, que alcanzaría su máximo apogeo con Pedro Madruga, que jugó un papel fundamental durante los conflictos acaecidos entre la Iglesia y el señorío feudal.
La villa de Redondela en sus inicios estaba divida en dos partes: Vilavella y Vilanova. Ambas permanecían unidas a través de un puente y poseían un puerto que era el motor económico de la localidad.
Otro factor del desarrollo fue el Camino de Santiago, fuente de atracción de numerosos visitantes, que era la primera parada de la etapa. El arzobispo Xelmírez pasó por Redondela haciendo el Camino Portugués, del que fue uno de los mayores impulsores, de vuelta de un viaje por el país vecino para traer consigo las reliquias de San Frutuoso, San Silvestre, San Cucufate y Santa Susana. En 1114 hizo su residencia temporalmente en esta villa, año en que se consagró la Iglesia de Santiago Apostol.
Edad moderna
Se caracteriza por la pérdida de habitantes en las zonas urbanas a causa de diversas pestes atlánticas. A pesar de ser una época de poca agitación destacan algunos sucesos de gran importancia histórica:
La Batalla de Rande, en 1702, es uno de los episodios más destacados del período; las tropas hispano-francesas sucumbieron a las fuerzas anglo-holandesas en una batalla naval de considerables dimensiones, al que hay que sumarle el posterior saqueo de la zona. El combate se produjo en el estrecho de Rande donde se encuentran los yacimientos de los galeones hundidos.
La Illa de San Simón merece especial mención. Habitada desde la Edad Media por la orden del Templo, será testimonio de muchos de los sucesos acaecidos en la región a partir del siglo XVI. Llegados a finales de la Edad Moderna, la illa se acondicionó como Lazareto, el único en toda la fachada atlántica española; su función fue la de prever y aislar de enfermedades infecciosas coma el cólera. De este modo se convirtió en un centro de investigación médica y tecnológica.
Por último, en el siglo XX, después de la Guerra Civil, jugó un papel destacado en la historia del sur de Galicia, ya que se empleó como presidio para los reclusos del bando republicano.
Edad Contemporánea
Esta etapa comienza con un importante suceso histórico, la Batalla de Pontesampaio, en el puente de su mismo nombre. En 1809 las tropas francesas, al mando del mariscal Michel Ney, cayeron derrotadas a manos de los vecinos de la localidad, que contaban con la ayuda del mítico “canón de pau” (cañón artillero de madera).
A lo longo del siglo XX Redondela sufrió una transformación increíble: pasó de ser una villa marinera a una villa industrial, de la mano del sector textil, durante los años sesenta. Por ello, se define por la imagen de sus viaductos de ferrocarriles que le confieren una personalidad propia: el “Viaduto de Madrid”, de 1876, y el “Viaduto de Pontevedra”, de 1884. Declarados monumentos Histórico-Artísticos, permiten a la pequeña urbe ser conocida como “la villa de los viaductos”.