PONTEVEDRA
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CONTACTO
Dirección: Casa da Luz, Praza da Verdura s/n 36002 Pontevedra Tel. 986 090 890 Mail. [email protected] |
GUÍA TURÍSTICA
QUÉ VISITAR
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ILLA DE LAS ESCULTURAS
Illa de la Xunqueira, Pontevedra El mayor museo al aire libre de Galicia es una isla fluvial a la que llegan las mareas. Son las junqueras del Lérez, en el trecho final de este río declarado espacio natural protegido, de fácil acceso desde el centro de la ciudad de Pontevedra por un agradable paseo. La Isla de las Esculturas acoge una exposición permanente con carácter público de instalaciones artísticas. El elemento común a la mayoría de las obras está en el material utilizado: el granito gallego. El acceso por la pasarela peatonal que cruza el Lérez directamente hasta la isla permite comenzar el circuito por los caminos y pasarelas del parque.
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CAPILLA DE LA VIRGEN PEREGRINA
Plaza de la Peregrina s/n, Pontevedra Construida a partir de 1778, combina fórmulas típicas del último barroco con sugerencias ya neoclásicas. Su planta está inspirada en una vieira, símbolo por antonomasia de los peregrinos, dentro de la cual se inscribe una cruz. Muy curioso es el pilón de agua bendita, nada menos que una concha de molusco traída del Pacífico por Méndez Núñez. La fachada principal, obra de Antón Souto, va precedida de un sencillo atrio con escalera, perimetrado por balaustrada con pináculos. La portada acoge en lo alto la imagen de La Peregrina (s. XIX), patrona de la provincia de Pontevedra, en una hornacina. Destacar la fuente de piedra situada al pie de las escaleras de la portada principal.
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RUINAS DE SANTO DOMINGO
Montero Ríos, Pontevedra Los dominicos llegaron a Pontevedra a finales del S. XII y comenzaron la construcción de este templo gótico en el siglo XIII. En el siglo XVIII intentaron una reconstrucción de estilo neoclásico, pero quedó sin concluir, como también quedó sin concluir el derrumbamiento de la ábsida gótica de la primera iglesia. Se conserva la cabecera de la iglesia con cinco ábsidas poligonales y un muro lateral con una pequeña portada y rosetón. Contiene la sección de Arqueología del Museo de Pontevedra y la exposición de ronseles romanos, capiteles visigóticos, sepulcros medievales....
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SITUACIÓN
Pontevedra es una ciudad de más de 80.000 habitantes, capital de su provincia homónima. Está situada en el centro de las Rías Baixas, en Galicia, en la desembocadura del río Lérez, que la circunda para después formar la Ría de Pontevedra.
La mayor parte de la población municipal vive en el centro urbano, si bien una parte importante está distribuida por las 15 parroquias que la circundan, dos de ellas mirando a la ría de Vigo, en el sur: Ponte Sampaio y Canicouva. En el norte están las parroquias de Campañó, Alba, Cerponzóns, Verducido, Santa María y San André de Xeve, además de Lérez, prácticamente ingerida en el centro urbano.
Cara al este se encuentra Mourente, Bora y Marcón, y cara el sur miran Tomeza, Salcedo y Lourizán.
Pontevedra es una ciudad de más de 80.000 habitantes, capital de su provincia homónima. Está situada en el centro de las Rías Baixas, en Galicia, en la desembocadura del río Lérez, que la circunda para después formar la Ría de Pontevedra.
La mayor parte de la población municipal vive en el centro urbano, si bien una parte importante está distribuida por las 15 parroquias que la circundan, dos de ellas mirando a la ría de Vigo, en el sur: Ponte Sampaio y Canicouva. En el norte están las parroquias de Campañó, Alba, Cerponzóns, Verducido, Santa María y San André de Xeve, además de Lérez, prácticamente ingerida en el centro urbano.
Cara al este se encuentra Mourente, Bora y Marcón, y cara el sur miran Tomeza, Salcedo y Lourizán.
CÓMO LLEGAR
Por carretera:
Pontevedra esta comunicada por la Autopista del Atlántico AP9 que vertebra la Galicia costera de norte a sur pasando por las ciudades más importantes de la comunidad. Desde Portugal la A-3 conecta ciudades portuguesas como Lisboa, Braga o Oporto con la AP-9 que llega a Pontevedra. La autovía de las Rías Baixas (A-52) comunica Pontevedra con la meseta central y Madrid. La vía rápida VR4.1 le llevará hasta la ría de Arousa en 25 minutos en un recorrido de 26 Km. En avión: Galicia cuenta con tres aeropuertos: Peinador en Vigo, a 30 Km.; Lavacolla en Santiago a 75 Km y el de Alvedro en A Coruña a 134 Km. En Tren: La red de trenes regionales conecta Pontevedra con las principales ciudades gallegas. Existen conexiones diarias por tren con Madrid y Barcelona, así como múltiples combinaciones con otras ciudades del resto de la Península y con Portugal. En Autobús En autobús también podemos llegar a Pontevedra a través de las múltiples conexiones con Madrid, Barcelona, Bilbao – San Sebastián – Irún, Asturias y Cantabria, Vitoria y Pamplona y rutas internacionales que enlazan la provincia de Pontevedra con Bélgica, Porto, Lisboa, Holanda, Alemania, Polonia, Inglaterra, Francia y Marruecos. |
HISTORIA
Existe alrededor del nacimiento de la ciudad una leyenda de carácter erudito gestada en la época de mayor desarrollo económico y social de la villa: el Renacimiento. Fue en esta época cuando se elaboró este fantástico origen para darle mayor lustre a, por aquel entonces, pujante villa. Para eso se hizo responsable de su fundación Teucro, uno de los héroes de la Guerra de Troya, que tras la muerte do su hermano Aiax, marchó a Galicia, y bautizó la ciudad donde se aposentó con el nombre de Helenes. No obstante, diversos estudios históricos y arqueológicos más recientes no detectan restos de la presencia humana en este valle anteriores a su integración en el Imperio Romano.
Época romana
Después de la integración de Gallaecia en el Imperio Romano, se procedió a la construcción de una serie de vías de comunicación que la uniesen comercialmente con el resto de la Península. Una de estas calzadas, la vía XIX, unía los tres principales núcleos administrativos galaicos: Bracara Augusta (Braga), Lucus Augusti (Lugo) y Asturica Augusta (Astorga). En Pontevedra, esta vía cruzaba el río Lérez. La mansión Turoqua (núcleo de población) se emplazaba en las proximidades del lugar que ocupa hoy el puente de O Burgo, en pleno centro histórico de la ciudad. Fue tiempo después cuando se decidió edificar un nuevo puente para salvar el canal del río. Estas dos construcciones fueron decisivas para que se fuese conformando un núcleo habitado. El hallazgo en 1988 en la cabecera sur del puente de una columna miliaria, dedicada en el año 137 al emperador Adriano confirma el paso de la calzada romana por el lugar.
Siglos XII a XV
Otro momento importante en la historia de Pontevedra es el que corresponde con el reinado en Galicia de Fernando II durante la última parte del siglo XII. En este momento se produjo una cierta reactivación de la actividad comercial debido a la restauración de caminos y puentes. Paralelamente a este fenómeno, el lugar hoy ocupado por la ciudad volvió a ser poblado, después de pasar por un período de cierto vacío en el alto medievo.
Una escritura del Monasterio de Lérez datada en 1141, da testimonio de la existencia de un lugar denominado "Pontus Veteri", en alusión directa al viejo puente romano, en desuso a causa de su ruina. Este puente comenzaría a ser sustituido por otra medieval, al que hoy podemos ver modificado, en el mismo años en que Fernando II otorga el foro a los habitantes de la villa (1169). Desaparece así, todo rastro visible de la construcción romana que diera origen al nombre de la ciudad.
En la actualidad no se conserva el foro original de Fernando II, sino una confirmación de Afonso X del año 1264. Los privilegios y exenciones que se le fueron concediendo a la ciudad actuaron como importantes dinamizadores de su actividad económica. Entre las concesiones destacan el monopolio de la fabricación de saín en Galicia, así como de la cura del pescado (1229) y la adjudicación del puerto de carga y descarga de Galicia (1452).
Las sucesivas ampliaciones del recinto amurallado pontevedrés vienen determinadas por el crecimiento demográfico y por el desarrollo de actividades económicas en la villa, que precisaba de espacios más amplios donde poder expandirse. A estas causas se une el deseo de la Corona por controlar la producción y el tránsito de mercancías.
La actividad económica de la ciudad llega a su mayor esplendor bajo el reinado de Enrique IV, al concederle la ciudad en 1467, el privilegio de una feria franca, de 30 días de duración, que se celebraba quince días antes de la festividad de San Bartolomeu. Para la celebración de estas ferias, se amplió de nuevo la muralla para dar cabida a la plaza de la Herrería que albergaría el recinto ferial.
Siglo XVI
En el siglo XVI, Pontevedra se convierte en una de las más populosa villas gallegas con un gran puerto pesquero ligado al comercio internacional, en el que destaca la actividad de la exportación de pescado salado a Portugal. Testimonio de esta época es la magnífica iglesia de Santa María, levantada gracias a las ayudas del poderoso Gremio de Mareantes que, por aquel entonces, tenía el monopolio de la exportación de salados.
Al final del siglo XVI comenzaron a ser notables los síntomas de la profunda crisis en la que se sumió Pontevedra durante los siglos XVII, XVIII y XIX, y que tiene su origen en diversos factores que van desde las adversidades climáticas a las políticas, negativas para la ciudad y para Galicia, llevadas a cabo por la Corona, que se desentendió de una población que, a pesar de ser la más populosa de Galicia, estaba agonizante al entrar en decadencia su principal actividad económica: la pesca.
Siglos XVII-XVIII
Durante los siglos XVII y XVIII la decadencia se agudizó debido a una situación de inestabilidad política provocada por las constantes guerras que había en ese momento (Portugal y la sucesión a la corona española, la ocupación inglesa), que contribuyeron al decaimiento del comercio exterior.
La población de a ciudad se redujo a la mitad, en unos siglos en los que se duplicó en Galicia y se triplicó en el resto de la comarca pontevedresa. Esta crisis demográfica fue ocasionada por epidemias y graves enfermedades.
Siglo XIX
A comienzos del siglo XIX, la economía de Pontevedra se basa fundamentalmente en la actividad artesana, en el comercio y, en menor medida, en la pesca y en la agricultura.
En 1833, con la creación de las provincias, se convierte en la capital de la provincia del mismo nombre que la ciudad. Gracias a las funciones económicas que se derivaron de esta condición, así como al hecho de ser cabecera de comarca, Pontevedra se transformó en una urbe administrativa que atrae a burócratas, burgueses, profesionales y artesanos de todo tipo.
En esta época, ante la necesidad de contar con espacios para la edificación, la ciudad cambia su fisionomía; de este modo, se derrumban las murallas y se abren nuevas calles, como la que conduce hoy desde la Oliva a la Virgen del Camino (en la actualidad calle de García Camba) o la que va desde la calle del Comercio a la Michelena. Igualmente, se desenvuelven obras de infraestructura y saneamiento, se construyen escuelas y hospitales, se crean espacios de uso público como la alameda del Arquitecto Sesmeros, y llega el ferrocarril.
En definitiva, tanto el esplendor social y cultural, como el devenir oficial de la villa posibilitaron el desarrollo urbanístico, comercial y industrial de Pontevedra.
Siglo XX
En las primeras décadas del siglo XX, Pontevedra vive un momento de especial efervescencia cultural y política. Tiene especial relevancia la creación de la Misión Biológica de Galicia y la fundación, en diciembre de 1931, del Partido Galeguista, dirigido por Bóveda y Castelao.
En 1936 tiene lugar el alzamiento militar del General Franco que da paso a una dura guerra civil, fomentada por los odios y enfrentamientos acumulados durante años. Tras su finalización tres años más tarde, vendría la represión por parte de los triunfadores nacionalistas. Así las cosas, numerosas personas fueron asesinadas, fusiladas u obligadas a marchar al exilio.
Como consecuencia de esta guerra, las dos primeras décadas de la dictadura franquista son de enormes dificultades económicas para la mayoría de la población.
El cambio se produce en la década de los 60, que se caracteriza por un desarrollo sostenido que empieza a manifestarse más claramente a principios de los 70, coincidiendo con la muerte de Franco en 1974 y con la transición democrática española. En estos años se produce un auge extraordinario de la construcción que llega a convertirse, hasta el día de hoy, en uno de los grandes motores de la economía pontevedresa.
En los últimos tiempos se vio reconocido su labor en diversos campos a muchos personajes del ámbito gallego. Así, en el año 1999, el Ayuntamiento de Pontevedra rindió por vez primera una homenaje institucional a Alexandre Bóveda (figura clave en la historia contemporánea de Galicia) asesinado el 17 de agosto de 1936, y a otras figuras importantes en la historia política de Pontevedra que fueron fusiladas el 12 de noviembre de ese mismo año por defender a Galicia, la libertad y la justicia social: el comandante Ramiro Paz, el profesor Xermán Adrio, el abogado y ex gobernador civil Xosé Adrio, los médicos Amancio Caamaño, Luís Poza y Telmo Bernárdez, el capitán de asalto Xoán Rico, el profesor de instituto Paulo Novás, el industrial Benigno Rei y el escritor Vítor Casas.
Época romana
Después de la integración de Gallaecia en el Imperio Romano, se procedió a la construcción de una serie de vías de comunicación que la uniesen comercialmente con el resto de la Península. Una de estas calzadas, la vía XIX, unía los tres principales núcleos administrativos galaicos: Bracara Augusta (Braga), Lucus Augusti (Lugo) y Asturica Augusta (Astorga). En Pontevedra, esta vía cruzaba el río Lérez. La mansión Turoqua (núcleo de población) se emplazaba en las proximidades del lugar que ocupa hoy el puente de O Burgo, en pleno centro histórico de la ciudad. Fue tiempo después cuando se decidió edificar un nuevo puente para salvar el canal del río. Estas dos construcciones fueron decisivas para que se fuese conformando un núcleo habitado. El hallazgo en 1988 en la cabecera sur del puente de una columna miliaria, dedicada en el año 137 al emperador Adriano confirma el paso de la calzada romana por el lugar.
Siglos XII a XV
Otro momento importante en la historia de Pontevedra es el que corresponde con el reinado en Galicia de Fernando II durante la última parte del siglo XII. En este momento se produjo una cierta reactivación de la actividad comercial debido a la restauración de caminos y puentes. Paralelamente a este fenómeno, el lugar hoy ocupado por la ciudad volvió a ser poblado, después de pasar por un período de cierto vacío en el alto medievo.
Una escritura del Monasterio de Lérez datada en 1141, da testimonio de la existencia de un lugar denominado "Pontus Veteri", en alusión directa al viejo puente romano, en desuso a causa de su ruina. Este puente comenzaría a ser sustituido por otra medieval, al que hoy podemos ver modificado, en el mismo años en que Fernando II otorga el foro a los habitantes de la villa (1169). Desaparece así, todo rastro visible de la construcción romana que diera origen al nombre de la ciudad.
En la actualidad no se conserva el foro original de Fernando II, sino una confirmación de Afonso X del año 1264. Los privilegios y exenciones que se le fueron concediendo a la ciudad actuaron como importantes dinamizadores de su actividad económica. Entre las concesiones destacan el monopolio de la fabricación de saín en Galicia, así como de la cura del pescado (1229) y la adjudicación del puerto de carga y descarga de Galicia (1452).
Las sucesivas ampliaciones del recinto amurallado pontevedrés vienen determinadas por el crecimiento demográfico y por el desarrollo de actividades económicas en la villa, que precisaba de espacios más amplios donde poder expandirse. A estas causas se une el deseo de la Corona por controlar la producción y el tránsito de mercancías.
La actividad económica de la ciudad llega a su mayor esplendor bajo el reinado de Enrique IV, al concederle la ciudad en 1467, el privilegio de una feria franca, de 30 días de duración, que se celebraba quince días antes de la festividad de San Bartolomeu. Para la celebración de estas ferias, se amplió de nuevo la muralla para dar cabida a la plaza de la Herrería que albergaría el recinto ferial.
Siglo XVI
En el siglo XVI, Pontevedra se convierte en una de las más populosa villas gallegas con un gran puerto pesquero ligado al comercio internacional, en el que destaca la actividad de la exportación de pescado salado a Portugal. Testimonio de esta época es la magnífica iglesia de Santa María, levantada gracias a las ayudas del poderoso Gremio de Mareantes que, por aquel entonces, tenía el monopolio de la exportación de salados.
Al final del siglo XVI comenzaron a ser notables los síntomas de la profunda crisis en la que se sumió Pontevedra durante los siglos XVII, XVIII y XIX, y que tiene su origen en diversos factores que van desde las adversidades climáticas a las políticas, negativas para la ciudad y para Galicia, llevadas a cabo por la Corona, que se desentendió de una población que, a pesar de ser la más populosa de Galicia, estaba agonizante al entrar en decadencia su principal actividad económica: la pesca.
Siglos XVII-XVIII
Durante los siglos XVII y XVIII la decadencia se agudizó debido a una situación de inestabilidad política provocada por las constantes guerras que había en ese momento (Portugal y la sucesión a la corona española, la ocupación inglesa), que contribuyeron al decaimiento del comercio exterior.
La población de a ciudad se redujo a la mitad, en unos siglos en los que se duplicó en Galicia y se triplicó en el resto de la comarca pontevedresa. Esta crisis demográfica fue ocasionada por epidemias y graves enfermedades.
Siglo XIX
A comienzos del siglo XIX, la economía de Pontevedra se basa fundamentalmente en la actividad artesana, en el comercio y, en menor medida, en la pesca y en la agricultura.
En 1833, con la creación de las provincias, se convierte en la capital de la provincia del mismo nombre que la ciudad. Gracias a las funciones económicas que se derivaron de esta condición, así como al hecho de ser cabecera de comarca, Pontevedra se transformó en una urbe administrativa que atrae a burócratas, burgueses, profesionales y artesanos de todo tipo.
En esta época, ante la necesidad de contar con espacios para la edificación, la ciudad cambia su fisionomía; de este modo, se derrumban las murallas y se abren nuevas calles, como la que conduce hoy desde la Oliva a la Virgen del Camino (en la actualidad calle de García Camba) o la que va desde la calle del Comercio a la Michelena. Igualmente, se desenvuelven obras de infraestructura y saneamiento, se construyen escuelas y hospitales, se crean espacios de uso público como la alameda del Arquitecto Sesmeros, y llega el ferrocarril.
En definitiva, tanto el esplendor social y cultural, como el devenir oficial de la villa posibilitaron el desarrollo urbanístico, comercial y industrial de Pontevedra.
Siglo XX
En las primeras décadas del siglo XX, Pontevedra vive un momento de especial efervescencia cultural y política. Tiene especial relevancia la creación de la Misión Biológica de Galicia y la fundación, en diciembre de 1931, del Partido Galeguista, dirigido por Bóveda y Castelao.
En 1936 tiene lugar el alzamiento militar del General Franco que da paso a una dura guerra civil, fomentada por los odios y enfrentamientos acumulados durante años. Tras su finalización tres años más tarde, vendría la represión por parte de los triunfadores nacionalistas. Así las cosas, numerosas personas fueron asesinadas, fusiladas u obligadas a marchar al exilio.
Como consecuencia de esta guerra, las dos primeras décadas de la dictadura franquista son de enormes dificultades económicas para la mayoría de la población.
El cambio se produce en la década de los 60, que se caracteriza por un desarrollo sostenido que empieza a manifestarse más claramente a principios de los 70, coincidiendo con la muerte de Franco en 1974 y con la transición democrática española. En estos años se produce un auge extraordinario de la construcción que llega a convertirse, hasta el día de hoy, en uno de los grandes motores de la economía pontevedresa.
En los últimos tiempos se vio reconocido su labor en diversos campos a muchos personajes del ámbito gallego. Así, en el año 1999, el Ayuntamiento de Pontevedra rindió por vez primera una homenaje institucional a Alexandre Bóveda (figura clave en la historia contemporánea de Galicia) asesinado el 17 de agosto de 1936, y a otras figuras importantes en la historia política de Pontevedra que fueron fusiladas el 12 de noviembre de ese mismo año por defender a Galicia, la libertad y la justicia social: el comandante Ramiro Paz, el profesor Xermán Adrio, el abogado y ex gobernador civil Xosé Adrio, los médicos Amancio Caamaño, Luís Poza y Telmo Bernárdez, el capitán de asalto Xoán Rico, el profesor de instituto Paulo Novás, el industrial Benigno Rei y el escritor Vítor Casas.