CRECENTE
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CONTACTO
Ayuntamiento de Crecente Dirección: Solís Ruíz, 5 Crecente, Pontevedra Telf. 986 666 300 Fax. 986 666 251 |
GUÍA TURÍSTICA
QUÉ VISITAR
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BAIXO MIÑO
Crecente, Pontevedra El tramo del río Miño entre Crecente, donde lo perdemos como frontera con Portugal, y Camposancos constituye la llamada Ralla Húmeda por su carácter de frontera natural. Estas tierras serán a lo longo de la historia escenario vivo de numerosos intercambios y no menos numerosos enfrentamientos. Aquí tenemos situadas algunas de las más hermosas fortalezas gallegas de la Época Moderna, fruto del período relativo a la Guerra de Restauración Portuguesa (1640-1668), que surge como consecuencia de la anexión del reino portugués por parte de Felipe II, monarca español, no 1580.
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SITUACIÓN
El ayuntamiento de Crecente, perteneciente a la provincia de Pontevedra y a su vez a la comarca de Paradanta, limita con los ayuntamientos de Arbo y A Cañoza, Melón, Arnoia, Cortegada, Pontevedra y Padrenda y hace frontera con Portugal, separado por el Río Miño. Cara el norte está formado por una zona montañosa y cara el sur está formado por un grupo de valles profundos dirigidos cara el río Miño que lo separa de Ourense y Portugal.
El ayuntamiento de Crecente, perteneciente a la provincia de Pontevedra y a su vez a la comarca de Paradanta, limita con los ayuntamientos de Arbo y A Cañoza, Melón, Arnoia, Cortegada, Pontevedra y Padrenda y hace frontera con Portugal, separado por el Río Miño. Cara el norte está formado por una zona montañosa y cara el sur está formado por un grupo de valles profundos dirigidos cara el río Miño que lo separa de Ourense y Portugal.
CÓMO LLEGAR
Para llegar a Crecente desde Vigo deberemos coger la A-55 y tomar la salida 13 hacia A-52, en dirección N-550/Redondela/Ourense/Madrid. Luego continuaremos por la A-52 y tomaremos la salida 272 hacia A Cañiza/Crecente/PO-5003/Arbo/Portugal. Finalmente seguiremos la PO-9404 hacia Crecente.
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HISTORIA
En el límite con el ayuntamiento de Arbo se encuentran unos petroglifos en el monte, y en los límites con la provincia de Ourense un túmulo megalítico.
Durante la Edad de Hierro, con la cultura castrexa se construyeron varios castros: castro da Cidá o castro de Sabanle, en la parroquia de Quintela, donde se encontraron un tríscele (conservado en el Museo de Pontevedra) y un torso de guerrero castrexo (no Museo Quiñones de León de Vigo). Los castros do Cerco (en la aldea de Bouza de Padrosos), el de Coutofurado o de San Sebastián, en Parada de Rebordechán y el del lugar de Castro en el propio Crecente están todos elles romanizados. Durante la dominación romana se construyeron una calzada bordeando el río Miño, y una torre (origen de la de Fornelos).
En la Edad Media la zona formó parte del condado de Turonia, frontera durante o Reino de Asturias y luego demarcación entre los condados de Galicia y Portugal, perteneciendo parte de ese ayuntamiento a la Reina Doña Teresa (madre del futuro rey de Portugal Don Henriques). Al ser lugar de frontera sufrió diversas escaramuzas y de ahí provienen las fortificaciones de Fornelos y Sendelle, siendo las diversas parroquias posesiones de diversos señores feudales, entre los que destacan los templarios (que fundaron el monasterio de San Pedro de Crecente) el monasterio de Melón, y el linaje de los Soutomaior. Esta familia obtuvo numerosos bienes y sus conflictos fueron muy sonados.
El rey Fernando IV de España otorgó a Fernando Yáñez el señorío de Crecente. Durante la Edad Moderna, ya en 1642, el rey Felipe IV de España concedió el título de conde de Crecente a Baltasar de Soutomaior por intercesión de un familiar suyo en la corte de Madrid. Durante la Guerra de Restauración Portuguesa Crecente volvió a su ambiente militar, con la refortificación de Fornelos y varias colinas para impedir ataques y lanzar ofensivas al país vecino, aunque estuvo lejos de los grandes conflictos bélicos de esta guerra, que sucedían en Salvaterra de Miño.
Durante la Edad de Hierro, con la cultura castrexa se construyeron varios castros: castro da Cidá o castro de Sabanle, en la parroquia de Quintela, donde se encontraron un tríscele (conservado en el Museo de Pontevedra) y un torso de guerrero castrexo (no Museo Quiñones de León de Vigo). Los castros do Cerco (en la aldea de Bouza de Padrosos), el de Coutofurado o de San Sebastián, en Parada de Rebordechán y el del lugar de Castro en el propio Crecente están todos elles romanizados. Durante la dominación romana se construyeron una calzada bordeando el río Miño, y una torre (origen de la de Fornelos).
En la Edad Media la zona formó parte del condado de Turonia, frontera durante o Reino de Asturias y luego demarcación entre los condados de Galicia y Portugal, perteneciendo parte de ese ayuntamiento a la Reina Doña Teresa (madre del futuro rey de Portugal Don Henriques). Al ser lugar de frontera sufrió diversas escaramuzas y de ahí provienen las fortificaciones de Fornelos y Sendelle, siendo las diversas parroquias posesiones de diversos señores feudales, entre los que destacan los templarios (que fundaron el monasterio de San Pedro de Crecente) el monasterio de Melón, y el linaje de los Soutomaior. Esta familia obtuvo numerosos bienes y sus conflictos fueron muy sonados.
El rey Fernando IV de España otorgó a Fernando Yáñez el señorío de Crecente. Durante la Edad Moderna, ya en 1642, el rey Felipe IV de España concedió el título de conde de Crecente a Baltasar de Soutomaior por intercesión de un familiar suyo en la corte de Madrid. Durante la Guerra de Restauración Portuguesa Crecente volvió a su ambiente militar, con la refortificación de Fornelos y varias colinas para impedir ataques y lanzar ofensivas al país vecino, aunque estuvo lejos de los grandes conflictos bélicos de esta guerra, que sucedían en Salvaterra de Miño.